29 ago 2011

Me escupirás a la cara


la noche es
el grito abortado
de los ahorcados

Juan Cruz López


Me gustan las noches oscuras
porque en ellas
dejo de mirarme el ombligo
y observo las estrellas...
Salgo del sujeto y entrando
en el objeto veo:
que no soy el centro del mundo,
que en el cielo soy prescindible,
que no hay más futuro que ahora,
que mis ojos son como todos los ojos
(no tienen nada especial),
que mi amor hacia ti es mentira
(no tienes nada especial),
que cuando leas este poema
me escupirás a la cara.

Llega a mi cráneo (con fuego) la exclamación de un poeta:
¡Rompo mi violín... y me callo!
Y lo que sigue a mi propio suicidio es
simplemente mirar las estrellas... y callar.

Curro Jiménez Melero -NG-

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, bueno... ni tanto, ni tan calvo: afortunadamente los poetas, que no son ni tan insignes ni imprescindibles, ni tan insignificantes y superfluos siguen y seguirán escribiendo... ¿sobre qué comentaría yo si no? ;-)

En serio: en realidad, las dos posturas son las dos caras de una misma moneda: el poeta como centro, como ser único y especial frente al concepto de poeta que por insignificante ha de callar.

Queremos una tercera vía ;-).

María

Roque dijo...

Bueno, yo sí que creo que son imprescidibles, y mucho.
Un saludo María.

Anónimo dijo...

No más "terceras vias", por favor, que así nos va...es una pequeña broma. Si me la permiten, claro. Imagino a lo que se refería el comentario anterior.

Anónimo dijo...

;-))), comprendida la broma y compartida de muy buena gana!!! ;-)

A Roque: quizá he elegido mal la palabra "imprescindible". Quería decir abogo por una postura intemedia en la que el poeta no es ni un ser "único", un visionario, ni una voz insignificante en medio de la inmensidad del universo.

María

Juan Cruz López dijo...

Esta, por ejemplo, da miedo:
http://es.wikipedia.org/wiki/Tercera_posici%C3%B3n

julia dijo...

cazador de pompas en la noche,
aún tengo en el recuerdo el pago
de aquellos huevos fritos a las cinco de la tarde...

el pago a palabras regaladas en directo...

un beso curro, salvaje poema...

la errante boluda

Anónimo dijo...

Tienes razón María, este poema habla del silencio. Este poema, uno de mis tantos homenajes a la poesía de León Felipe, surge a partir de la lectura de su último libro "Oh, este viejo y roto violín" y de un poema que hay dentro de él: Auschwitz.Recomiendo su lectura.
Pero eso, habla del silencio, no de el poeta que no es escuchado porque se siente insignificante. Cualquier persona que escriba aquí, con todos vosotros, no se puede sentir insignificante. Y el no ser escuchado para mí nunca ha supuesto un problema porque en última instancia a quién ha ido destinado todo lo que he escrito ha sido a mi hijo, aunque tendría que decir hijos porque voy a ser otra vez papá.

Salud!

Cjm -ng-

Anónimo dijo...

Sí, comprendo bien lo que dices. Creo que no estoy escogiendo muy bien mis palabras, que no estoy muy fina, vamos... al leerlo me ha parecido que se hacía eco de una de las dos posturas tradicionales del poeta ante su tarea: la "obligación" del poeta de hablar (como ser que tiene algo que decir) o la "obligación" en unos casos, "la prerrogativa" en otros, del poeta de callar... por una cierta sensación de verse abrumado por la inmensidad de lo que le rodea y la "insignificancia" (entre comillas, naturalmente), lo pequeño que el ser humano y, por ende, el poeta puede sentirse ante esto...

No he querido decir que el poeta sea insignificante. El poeta habla siempre como humano... y sí es cierto que el humano a veces se ve diminuto ante lo que le rodea. Y también ante la multiplicidad de vidas que hay, tantas como seres humanos, con sus problemas, y su núcleos subjetivos respectivamente.


Son dos posturas tradicionales que me gustaría que se quebraran con una alternativa a ellas: ni el poeta como ombligo del mundo, ni el poeta como ser humano que, abrumado, deba callar...

Perdonad, ya lo dejo aquí, porque me parece que cada palabra que uso es más inadecuada que la anterior. ;-)


Un saludo y perdonad si he dicho algo inconveniente.

María

Anónimo dijo...

Que coño perdonad, no hay nada que perdonar, me encanta que opines y para nada tus palabras me parecen desmedidas, es más me parwcen muy inteligentes. Solo he querido explicarte como surgió esté poema. Personalmente estoy deacuerdo contigo en la ruptura de esa dicotomia poética y creo que todos lo están y creo también que Nueva Gomorra es un buen ejemplo. No quiero que tus palabras cesen.

Salud! María

Juan Cruz López dijo...

Y por fin el pequeño Insignificante se convirtió en el prota.

Juan Cruz López
De "Cuentos improvisados turbogomorritas".

Curro ¡¡¡ENHORABUENA!!!
Pronto voy a verte again.

Anónimo dijo...

Con tanto exponer mis opiniones
;-), se me ha olvidado felicitarte! Enhorabuena también de mi parte!!

María